Donde se encuentre la memoria, en los pequeños jardines de la vida donde yo sea más que el olvido de una flor expuesta entre ortigas, sobre la cual el viento persigue sus sueños.
Donde mi nombre ampara al cuerpo que olvida en brazos de los lustros donde la displicencia exista.
En esa pequeña región donde el odio, demonio terrible no muestre como espada, en su ala mi pecho, llorando vacío de penas aéreas mientras disminuye el consuelo.
Allí donde comience este afán que concede una posesión a imagen suya, liberando a otra vida su vida, sin menos perspectiva que esos ojos en batalla.
Donde alivios y alegrías son mucho más que sustantivos, cielo y tierra exóticos en torno de un olvido, donde al fin quede preso sabiéndolo yo mismo, concentrado en niebla, presencia. Presencia fuerte como carne de adulto.
Donde habite nuestro recuerdo En los ligeros jardines donde rió la vida Donde yo sea mucho más Que un vano recuerdo que se esfuma Como el aire en una tormenta Que lleva a su paso.
Donde recuerdos mi nombre Y que cuando abandone mi cuerpo Y me regalen flores que mueran conmigo Que el deseo en nuestros cuerpos No se escape jamás Hasta nuestro último suspiro.
En esa región donde el amor, dulce ángel y dulce bebé Nunca cese de disparar flechas Que rompan la coraza de acero que protege mi alma Riendo y riendo mientras crece el tormento.
Allí, donde seamos uno de otro Unidos por un hilo rojo Que nos sujete y nos sitúe Siempre frente a frente.
Donde las rosas pinchan pero no hieren Y cielo y tierra se desbordan de recuerdos En un mundo plano.
Allá, allá lejos Donde tú y yo seamos libres de ruido Y nos disolvamos en aire En aire de olvido.
Donde nazca el recuerdo, En aquella bolsa entrañosa sin luz Donde yo comencé a ser Resultado de la polinización humana, En la cual, el dolor es desconcido
Donde apenas empiezo a ser la sombra de lo que el tiempo me hará ser Donde el odio aún no exista.
En esas entrañas en las que el odio, demonio despiadado, Aún no desarrolle En mi cuerpo raíces
Sufriendo de dolor mientras se desarrolla el amor, Aquí donde empieza esa depedencia, Sometiendome a las manos del médico, sin otro horizonte que el de lás máquinas.
Donde alegrías y sufrimiento aún no tengan sentido Epidural y empujarm dos formas de liberar Donde salir supone sufrir sin saberlo
Mezclado entre odio y amor, amor fuerte como el rencor
Donde abandonen los recuerdos Donde abandonen los recuerdos, En los pequeños huertos apagados; Donde no seamos uno mas Recuerdos de un grano enterrado entre las flores Sobre la cual la lluvia lo atrapa.
Donde tu nombre permanece en el cuerpo a lo largo del tiempo Donde no exista nada más que el deseo.
En ese pequeño rincón donde el odio, demonio atractivo, Se muestre como es. En mi mente su presencia, llorando repleto de rabia hasta que cese la felicidad.
Aquí donde empiece lo nuestro Viviendo nuestra vida sin más honestidad que tu sonrisa.
Donde el amor y la alegría sea verdadera, Luna y Sol extranjeros en la realidad; Donde por fin me libere sabiéndolo, Concentrado en el humo que se escapa, sin poder atrapar
Aquí, aquí cerca; Donde abandonen los recuerdos. Elias El Mrabet
Donde desaloje el recuerdo, En los diminutos jardines con alba. Donde todos seamos El recuerdo del algodón exhibido entre calas. Sobre el cual la brisa devuelve su tranquilidad.
Donde mi nombre permanezca en el cuerpo que designa en brazos del momento, Donde el deseo exista.
En esa pequeña área donde el amor, ángel grato, No muestre como papel En mi lorica segmentata su ala, Llorando lleno de sosería mientras desvanece el Consuelo.
Aquí donde empiece esta desgana que no exige un dueño a imagen Suya, Exigiendo a otra vida su vida, Con más horizonte que otros ojos distanciados.
Donde alegrías y disgustos sean más que nombres. Tierra y cielo extranjeros en torno de un olvido. Donde el fin quede atrapado siendo consciente de ello, Concentrado en claridad, presencia, Presencia grave como carne de anciano.
Donde resida la memoria En los estrechos jardines de aurora, Donde yo sólo sea Olvido de una piedra sepultada entre ortigas Sobre la cual el viento escapa a su letargo.
Donde mi nombre no deje Al cuerpo que designa en brazos de los siglos Donde el deseo exista.
En esa pequeña región donde el odio, domonio adorable Esconda como pluma En mi pecho su ala, Entristeciéndome lleno de amargura aérea mientras mengüa El tormento.
Aquí donde empiece este afán que exige dueño a imagen Suya, Sometiendo su vida a otra vida, Con un horizonde sin ojos frente a frente.
Donde alegría y fracaso no sean más que nombres Cielo y tierra nativos en torno del olvido Donde al fin quede libre sabiéndolo yo mismo Disuelto en claridad, abundancia, Abundancia fuerte como carne de adulto.
Donde se deshaucie el recuerdo en los pequeños descampados con amaneceres donde tú solo seas olvido de una piedra descubierta entre las margaritas debajo la cual, el viento contacta con sus sueños.
Donde tu nombre encuentre al cuerpo que omite en brazos de los siglos, donde el rechazo exista.
En esa pequeña región donde el odio, demonio atrayente, oculte como acero en su mente su aula, llorando lleno de rabia mientras desaparece, el sosiego.
Allí donde empiece el desinterés cede un siervo a imagen tuya perdonando a otra vida su vida sin más poniente que otros cuerpos dados la espalda.
Donde alegrías y disgustos sean algo más que nombres, tierra y cielo motivos en torno al olvido, donde al fin quede presa sabiéndolo yo mismo, congregando en el arcoiris, presente, presente como la memoria de mi abuelo,
Donde nace el recuerdo En los florecidos jardines Donde yo sólo sea Felicidad en un nacimiento repleto de rosas Sobre la cual el viento sopla sus esperanzas
Donde mi nombre se talle Al cuerpo que designa en los brazos de la madre Donde el abandono no exista En esa gran región donde el odio , demonio terrible , Se esconda como cristal fruñido En mi pecho su cuerno Enfadado lleno de rabia, mientras crece la alegría Ahí, donde nace ese afán que exige una madre Sometiendo una nueva vida Donde no haya límite que sus ojos frente la vida
Donde las alegrías y el agrado sean más que nombres Cielo y mundo nativos entorno a la vida Donde el principio quede libre sin saberlo yo mismo Concentrado en la transparencia , asistencia Asistencia leve como carne de toro Ahí, ahí cerca donde nace el recuerdo.
Donde habite la memoria, En las vivas y fértiles tierras Donde yo no sea Olvido de una piedra visible entre ortigas Sobre la cual el viento se cuela a sus sueños.
Donde mi nombre arrebate Al alma que recuerda en brazos de los siglos Donde el desinterés no exista.
En esa pequeña región donde el odio, diablo grato No muestre como acero En mi pecho su ala, Llorando lleno de tristeza mientras crece el tormento.
Allí donde empiece esta ambición que Exige un esclavo a imagen suya Sometiendo a otra muerte su muerte Si n más horizonte que otras nucas frente a frente.
Donde alegrías y disgustos sean más que nombres Cielo y tierra extranjeros en torno al olvido, Donde al fin quede preso sabiéndolo ya mismo Disuelto en pureza, presencia Presencia pesada como carne de adulto. Aquí, aquí cerca, Donde habite la memoria. Ahlam Hacini
Donde se encuentre la memoria,
ResponderEliminaren los pequeños jardines de la vida
donde yo sea más que
el olvido de una flor expuesta entre ortigas,
sobre la cual el viento persigue sus sueños.
Donde mi nombre ampara
al cuerpo que olvida en brazos de los lustros
donde la displicencia exista.
En esa pequeña región donde el odio, demonio terrible
no muestre como espada,
en su ala mi pecho,
llorando vacío de penas aéreas mientras disminuye el
consuelo.
Allí donde comience este afán que concede una posesión
a imagen suya,
liberando a otra vida su vida,
sin menos perspectiva que esos ojos en batalla.
Donde alivios y alegrías son mucho más que sustantivos,
cielo y tierra exóticos en torno de un olvido,
donde al fin quede preso sabiéndolo yo mismo,
concentrado en niebla, presencia.
Presencia fuerte como carne de adulto.
Aquí, aquí cerca,
donde se encuentre la memoria.
Bien
EliminarDonde habite nuestro recuerdo
ResponderEliminarEn los ligeros jardines donde rió la vida
Donde yo sea mucho más
Que un vano recuerdo que se esfuma
Como el aire en una tormenta
Que lleva a su paso.
Donde recuerdos mi nombre
Y que cuando abandone mi cuerpo
Y me regalen flores que mueran conmigo
Que el deseo en nuestros cuerpos
No se escape jamás
Hasta nuestro último suspiro.
En esa región donde el amor, dulce ángel y dulce bebé
Nunca cese de disparar flechas
Que rompan la coraza de acero que protege mi alma
Riendo y riendo mientras crece el tormento.
Allí, donde seamos uno de otro
Unidos por un hilo rojo
Que nos sujete y nos sitúe
Siempre frente a frente.
Donde las rosas pinchan pero no hieren
Y cielo y tierra se desbordan de recuerdos
En un mundo plano.
Allá, allá lejos
Donde tú y yo seamos libres de ruido
Y nos disolvamos en aire
En aire de olvido.
NOUHAILA AMAZOUZ
Donde nazca el recuerdo
ResponderEliminarDonde nazca el recuerdo,
En aquella bolsa entrañosa sin luz
Donde yo comencé a ser
Resultado de la polinización humana,
En la cual, el dolor es desconcido
Donde apenas empiezo a ser
la sombra de lo que el tiempo me hará ser
Donde el odio aún no exista.
En esas entrañas en las que el odio, demonio despiadado,
Aún no desarrolle
En mi cuerpo raíces
Sufriendo de dolor mientras se desarrolla el amor,
Aquí donde empieza esa depedencia,
Sometiendome a las manos del médico,
sin otro horizonte que el de lás máquinas.
Donde alegrías y sufrimiento aún no tengan sentido
Epidural y empujarm dos formas de liberar
Donde salir supone sufrir sin saberlo
Mezclado entre odio y amor,
amor fuerte como el rencor
Aquí, justo aquí
Nací yo
Donde abandonen los recuerdos
ResponderEliminarDonde abandonen los recuerdos,
En los pequeños huertos apagados;
Donde no seamos uno mas
Recuerdos de un grano enterrado entre las flores
Sobre la cual la lluvia lo atrapa.
Donde tu nombre permanece
en el cuerpo a lo largo del tiempo
Donde no exista nada más que el deseo.
En ese pequeño rincón donde el odio, demonio atractivo,
Se muestre como es.
En mi mente su presencia,
llorando repleto de rabia hasta que cese la felicidad.
Aquí donde empiece lo nuestro
Viviendo nuestra vida
sin más honestidad que tu sonrisa.
Donde el amor y la alegría sea verdadera,
Luna y Sol extranjeros en la realidad;
Donde por fin me libere sabiéndolo,
Concentrado en el humo que se escapa,
sin poder atrapar
Aquí, aquí cerca;
Donde abandonen los recuerdos.
Elias El Mrabet
Bien
EliminarDonde desaloje el recuerdo,
ResponderEliminarEn los diminutos jardines con alba.
Donde todos seamos
El recuerdo del algodón exhibido entre calas.
Sobre el cual la brisa devuelve su tranquilidad.
Donde mi nombre permanezca
en el cuerpo que designa en brazos del momento,
Donde el deseo exista.
En esa pequeña área donde el amor, ángel grato,
No muestre como papel
En mi lorica segmentata su ala,
Llorando lleno de sosería mientras desvanece el
Consuelo.
Aquí donde empiece esta desgana que no exige un dueño a imagen
Suya,
Exigiendo a otra vida su vida,
Con más horizonte que otros ojos distanciados.
Donde alegrías y disgustos sean más que nombres.
Tierra y cielo extranjeros en torno de un olvido.
Donde el fin quede atrapado siendo consciente de ello,
Concentrado en claridad, presencia,
Presencia grave como carne de anciano.
Aquí, aquí cerca
Donde desaloje el recuerdo.
Mohamed Amine R'kiouak
Bien
EliminarDonde resida la memoria
ResponderEliminarDonde resida la memoria
En los estrechos jardines de aurora,
Donde yo sólo sea
Olvido de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a su letargo.
Donde mi nombre no deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos
Donde el deseo exista.
En esa pequeña región donde el odio, domonio adorable
Esconda como pluma
En mi pecho su ala,
Entristeciéndome lleno de amargura aérea mientras mengüa
El tormento.
Aquí donde empiece este afán que exige dueño a imagen
Suya,
Sometiendo su vida a otra vida,
Con un horizonde sin ojos frente a frente.
Donde alegría y fracaso no sean más que nombres
Cielo y tierra nativos en torno del olvido
Donde al fin quede libre sabiéndolo yo mismo
Disuelto en claridad, abundancia,
Abundancia fuerte como carne de adulto.
Aquí,aquí cerca,
Donde resida la memoria.
Bien
Eliminar"Donde se deshaucie el recuerdo"
ResponderEliminarDonde se deshaucie el recuerdo
en los pequeños descampados con amaneceres
donde tú solo seas
olvido de una piedra descubierta entre las margaritas
debajo la cual, el viento contacta con sus sueños.
Donde tu nombre encuentre
al cuerpo que omite en brazos de los siglos,
donde el rechazo exista.
En esa pequeña región donde el odio, demonio atrayente,
oculte como acero
en su mente su aula,
llorando lleno de rabia mientras desaparece,
el sosiego.
Allí donde empiece el desinterés cede un siervo a imagen tuya
perdonando a otra vida su vida
sin más poniente que otros cuerpos dados la espalda.
Donde alegrías y disgustos sean algo más que nombres,
tierra y cielo motivos en torno al olvido,
donde al fin quede presa sabiéndolo yo mismo,
congregando en el arcoiris, presente,
presente como la memoria de mi abuelo,
Aquí, aquí cerca,
donde se deshaucie el recuerdo.
Bien
EliminarDonde nace el recuerdo
ResponderEliminarEn los florecidos jardines
Donde yo sólo sea
Felicidad en un nacimiento repleto de rosas
Sobre la cual el viento sopla sus esperanzas
Donde mi nombre se talle
Al cuerpo que designa en los brazos de la madre
Donde el abandono no exista
En esa gran región donde el odio , demonio terrible ,
Se esconda como cristal fruñido
En mi pecho su cuerno
Enfadado lleno de rabia, mientras crece la alegría
Ahí, donde nace ese afán que exige una madre
Sometiendo una nueva vida
Donde no haya límite que sus ojos frente la vida
Donde las alegrías y el agrado sean más que nombres
Cielo y mundo nativos entorno a la vida
Donde el principio quede libre sin saberlo yo mismo
Concentrado en la transparencia , asistencia
Asistencia leve como carne de toro
Ahí, ahí cerca donde nace el recuerdo.
Bien
Eliminar“Donde habite la memoria”
ResponderEliminarDonde habite la memoria,
En las vivas y fértiles tierras
Donde yo no sea
Olvido de una piedra visible entre ortigas
Sobre la cual el viento se cuela a sus sueños.
Donde mi nombre arrebate
Al alma que recuerda en brazos de los siglos
Donde el desinterés no exista.
En esa pequeña región donde el odio, diablo grato
No muestre como acero
En mi pecho su ala,
Llorando lleno de tristeza mientras crece el tormento.
Allí donde empiece esta ambición que
Exige un esclavo a imagen suya
Sometiendo a otra muerte su muerte
Si n más horizonte que otras nucas frente a frente.
Donde alegrías y disgustos sean más que nombres
Cielo y tierra extranjeros en torno al olvido,
Donde al fin quede preso sabiéndolo ya mismo
Disuelto en pureza, presencia
Presencia pesada como carne de adulto.
Aquí, aquí cerca,
Donde habite la memoria.
Ahlam Hacini
Bien
ResponderEliminar