El condenado por desconfiado
El condenado por desconfiado es un drama teológico del teatro barroco español atribuido por lo general al mercedario Tirso de Molina. Fue publicado en la Segunda parte de las comedias del maestro Tirso de Molina (Madrid, 1635) y, pese que en la dedicatoria de esta compilación Tirso de Molina señala que cuatro de las obras que la componían no eran suyas, todo parece indicar que Gabriel Téllez rechazó la autoría de algunas de sus obras por temor a las represalias que le amenazaban a causa de su actividad como escritor de obras profanas. También se ha postulado la paternidad de Andrés de Claramonte y Antonio Mira de Amescua para esta obra teatral.
La obra se configura como un sermón religioso dirigido al público habitual de los corrales de comedias, por lo que incorpora componentes de la comedia de santos y del auto sacramental, y supone una de las cumbres del teatro del Siglo de Oro por su efectivo tratamiento de la tensión dramática y la hondura de sus implicaciones filosóficas.
Su trama está fundada en el desarrollo de dos acciones paralelas que se entrelazan y contraponen: la del monje Paulo, desconfiado y soberbio; y la del criminal Enrico que, sin embargo, tiene esperanza en su salvación y guarda buenos sentimientos de caridad hacia su padre enfermo y de amor hacia su novia. El asunto reelabora el contraste entre el ermitaño y el ladrón, y presenta la paradoja de que el alma del criminal se salva por alojar un reducto de amor, caridad y fe en la salvación natural, mientras que Paulo acaba condenándose por su temeridad al exigir a Dios una respuesta a los arcanos del destino en la religión cristiana y desconfiar de su piedad. La virtud de Paulo se demuestra impostada, pues con sus penitencias esperaba obtener el pago de una segura salvación y su curiosidad desmedida es, al fin, un malsano vicio; su trayectoria le lleva, mediada la acción, a cometer crímenes equivalentes a los que llevaba a cabo Enrico, tras perder totalmente la confianza en su salvación. Finalmente, Paulo rechaza arrepentirse mientras que Enrico, antes de ser ejecutado, muestra una sincera contrición. Así, el giro inesperado de la intriga muestra uno de los temas predilectos del barroco: el del engaño de las apariencias. Mientras que externamente Enrico es un ser monstruoso, en su interior se refugia la bondad; mientras que Paulo, que aparenta ser un asceta intachable, trata con ello de satisfacer de modo egoísta su afán de obtener el pago en forma de su propia salvación que le exige a la inescrutable voluntad divina, y se siente humillado al saber que Enrico pueda ser un igual hasta el punto de ensoberbecerse y comenzar una carrera de delincuente irredento.
Paulo, que pretende la salvación divina tras una etapa de mortificaciones, demanda a Dios conocer el misterio de su salvación personal, omitiendo la debida humildad y confianza en sus designios. La respuesta es ofrecida por el diablo en forma de ángel, que observa los defectos de Paulo. El demonio le dice que tendrá el mismo fin que el napolitano Enrico, y Paulo no duda en querer conocer cuál es su destino yendo a conocerle.
La crítica generalmente ha considerado que en esta obra se pone en la palestra la polémica De auxiliisentre el libre albedrío del molinismo y la postura más cercana a la predestinación del bañecismo.
La obra guarda relación temática con el drama fáustico El esclavo del demonio de Antonio Mira de Amescua, publicado en 1612 y con el El mágico prodigioso de Calderón. Debido a ello en ocasiones se ha atribuido El condenado por desconfiado a Mira de Amescua.
El libre albedrío se define como la opción de los seres humanos de tomar nuestras propias decisiones.
ResponderEliminarCuriosamente, una definición tan sencilla abarca gran cantidad de conflictos, partiendo desde inmensos dramas teológicos hasta la bifurcación de la filosofía dependiendo de la creencia en el libre albedrío.
En lo que a mí respecta, debemos preguntarnos primero por el origen de la decisión tomada. Tanto decisiones como introducir nuestro voto en una urna como otras elecciones más sencillas como qué vestir cada mañana son decisiones condicionadas debido a la influencia que la sociedad, el gobierno y los medios de comunicación ejercen sobre nosotros. ¿Votas a Podemos porque compartes su ideología o porque estás siendo víctima de lo que Chomsky llamaría “una manipulación mediática”? ¿Vistes esa camisa a cuadros porque realmente te gusta o porque “es lo que se lleva” esta temporada? Si seguimos la historia causal de cada decisión que tomamos, llegaremos a causas que no están bajo nuestro control y que nos llevarán a concluir que, por tanto, dicha decisión, no es libre.
Aunque, en ocasiones, no somos conscientes de dicha influencia y creemos ciegamente en el poder de nuestra voluntad. Mientras la ignorancia siga siendo feliz, tú podrás vestir esa camisa a cuadros y votar a aquel partido que tanto te gusta con total “libertad”.
CHAIMAE EL HALLILI EL ASRI . 1ºBB.
ResponderEliminarPREDESTINACIÓN Y LIBRE ALBEDRÍO
Muchas veces escuchamos a la gente decir: “Quizás fue el destino”, “Pobrecita…, ese era su destino”. Pues bien, y ahora dirás.., ¿al nacer, todo está predestinado?, si es así... ¿soy responsable de mis actos?, ¿soy libre en esta vida para llegar a lo que quiero?, ¿De verdad decide un ente omnipotente y omnisciente de antemano nuestras acciones y nuestro destino final?
Partiendo de la base de que soy creyente, creo que cada uno escoge su camino, como quiere, cuando quiere y como mejor cree que lo hará, pues, que Dios conozca nuestro destino, no significa que él nos haya obligado a actuar de una manera u otra, es decir, que el conocimiento que tiene aquel ser todopoderoso de nuestro destino, no viola en ningún momento el libre albedrío que tenemos cada uno.
Por ejemplo: si una persona, tiene que elegir entre dos vías, una peligrosa y que conduce al mal, y otra buena, ¿cuál de ellas elegiría? Está claro que ningún ser racional elegiría el camino nefasto, para luego no cometer posteriormente uno de los errores, que son, culpar al destino. En ese momento, la única persona culpable serías tú , ya que fuiste tú quien tomó la decisión reflexionando con antelación en lo que mejor te parecía ,y no porque ninguna fuerza sobrenatural te haya impedido pensar en la situación y actuar .Así que ,siempre habrá gente que culpará al destino por sus errores y descuidos ,con el objetivo de quitarse el peso de encima ,lo cual es lógico , ya que nadie le gusta sentirse culpable por algo malo .No obstante , sí le gusta ser la causa de todo lo positivo.
Un ejemplo sería: Agredirle física o emocionalmente a alguien y decirle, que fue por culpa del destino, la víctima en este caso seguro que no se sentiría bien, y luego, ¿cómo es que no acepta que se le culpe al destino cuando él es agredido y lo reconoce cuando él agrede a los demás? Entonces, aquellos que piensan así, no tendrían que lamentarse cuando ellos son quienes reciben las palizas, insultos…
En conclusión ,el destino lo marcamos nosotros ,cada día ,por muy simples que sean los actos y decisiones que tomemos, siempre de una manera u otra cambiarán nuestras vidas ,ya sea siguiendo un sendero u otro, independientemente de que haya un ser superior con un conocimiento previo del final de cada uno.
SANDRA PASTOR 1 BAC B
ResponderEliminarEn ocasiones, nos preocupamos demasiado por el futuro y nuestro destino llegando a veces incluso a olvidarnos del presente.
Por ello considero que es poca la relevancia del drama filosófico predestinación-libre albedrío comparada con la importancia del propio libre albedrío.
Ser conscientes de la realidad, de nuestras decisiones y de tomar el rumbo de nuestra vida tiene mucha más importancia.
Muy bien
EliminarSonia
ResponderEliminarResulta raro creer que algo "superior" haya escrito tu vida y que sepa todo lo que te va a pasar. Hay quienes dicen que nuestras vidas son guiadas por el destino. Un "algo" que ni siquiera comprendemos y que por razones desconocidas nos empuja hacia un camino del que no podemos escapar. Esto supone que nuestro futuro no está en nuestras manos.
Entonces, ¿somos libres de elegir nuestro propio camino o solo actuamos de una forma determinada simplemente porque ya está escrito que será así?.
Creo que de momento es imposible desvelar la respuesta a esta duda. Ni se puede demostrar el hecho de que estamos destinados ni el hecho de que actuamos por libre. Así que no tiene mucho sentido discutir qué es verdad o qué no. Llegado a este punto cada uno es libre de creer en lo que quiera. Al fin y al cabo lo verdadero para uno es lo que está en su mente.
En mi opinión, si el destino existiera, nadie podría ser juzgado por sus actos ya que pondríamos como excusa al destino. Creo que nuestro futuro está ligado a las decisiones que tomamos y que somos libres de establecer nuestros propios logros.
Muy bien
EliminarSe dice que el día en el que alguien nace, su fin ya está fijado. Todo lo que hizo, hace y hará ya ha sido fijado por alguna fuerza sobrehumana. Es como si fuéramos unos personajes de una obra de teatro y estuviéramos actuando en ella sin ser conscientes de ello. Pero, incluso el mejor de los actores tiene que recurrir a la improvisación cuando se olvida de alguna parte, y dice una cosa que no está fijada en el guión . Es cuando surge el término del libre albedrío, que es la capacidad de decidir por uno mismo.
ResponderEliminarCada persona es libre de creer en lo que quiera, pero no se tiene que utilizar esto para evadir un problema. Somos responsables de lo que hacemos ya sea por el destino o por la decisión de uno mismo
Elías El Mrabet Abous
“Predestinación y libre albedrío”
ResponderEliminarTodos somos responsables de nuestros actos y protagonistas de nuestra vida. Si nuestro futuro está “predestinado o predeterminado” por alguna fuerza desconocida, nosotros podemos cambiarlo, y en el momento en el que actuamos creamos un nuevo destino.
Por ejemplo, imaginemos que tengo un examen, decido no estudiar y suspendo, soy yo la que ha decidido seguir ese camino. A partir de este momento estaré destinada a repetir curso, o no, siempre dependerá de uno mismo.
Si buscamos un ejemplo más amplio podemos pensar en las enfermedades. El cáncer viene predeterminado en nuestro ADN, tenerlo formaría parte de nuestro destino o sería pura suerte, sin embargo en función de la vida que tomemos, saludable y tranquila o estresante y ajetreada lo desarrollaremos o no.
Por otro lado, hay aspectos de la vida que no somos capaces de controlar, como es la muerte. Si una persona está destinada a morir dentro de 5 años, aunque intente suicidarse y se tire de un balcón puede quedarse parapléjica y seguir viva.
Finalmente podemos decir que la vida es una combinación de predestinación y libre albedrío.
Ahlam Hacini 1 BAC B
Muy bien
EliminarAYA BOULMANE 1BAC
ResponderEliminar¿Nos conocemos porque decidimos ser amigos o porque estábamos destinados a ello? Nuestras elecciones del día a día tienen como consecuencia millones de fracasos, éxitos, personas, situaciones, peligros… Pero, ¿realmente son nuestras elecciones? ¿Y si tan solo somos robots programados para seguir un código binario previamente escrito por algún ser todo poderosos que mueve los hilos de las marionetas que actúan en el escenario de la Tierra? ¿Y si lo único que hacemos es procesar esas introducciones?
Estas preguntas han sido cuestionadas por la humanidad desde el inicio de los tiempos, y para responder a ellas han surgido millones de leyendas, de distintas culturas, distintas creencias. Y en efecto, todos afirman la existencia de algo llamado destino, ya sea prescrito por un ser todo poderoso o incluso del mismísimo diablo.
La más común es la leyenda japonesa del hilo rojo; esta cuenta que “un hilo rojo conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, el lugar o las circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca romper”, según esto podemos entender que lo que nos parece una mera casualidad en realidad esta sincronizado.
Además “el hilo rojo” aparece en otras leyendas. Lo que nos lleva a pensar que tal vez tu y todos los de tu alrededor llevéis un hilo rojo en el meñique que os conecta a todos las personas conocidas y por conocer.
Quiere decir esto que el rumbo individual de cada hombre está escrito desde el momento en que nacemos. Dicho esto ahora sabemos que en el laberinto de la vida, por muchas callejones sin salida en los que nos sintamos estancados, hay que recordar que forman parte de una senda prediseñada y perfecta.