En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
Garcilaso de la Vega
Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;
Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,
Goza cuello, cabello, labio y frente,
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lilio, clavel, cristal luciente,
No sólo en plata o vïola troncada
Se vuelva, más tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
Luis de Góngora
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;
Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lilio, clavel, cristal luciente,
Se vuelva, más tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
Escribe tu soneto
En mente aquellas palabras quedaron
ResponderEliminarque al recordarlas ,anhelo olvidarlas
muertos revivieron al escucharlos
y en sus memorias, también se clavaron.
Las aves ,junto a la dicha volaron
flores ,marchitaron al escucharlas
y otras, lloraron por abandonarlas
y con ellas,los mares se secaron.
Esas palabras que tanto he temido
abonaron todo, con odio sin más
y al universo entero,destruido.
Sois simples y desgarradoras sin más
vuestra labor ya la habeis concluido
ahora, marchaos,no volvais jamás.
CHAIMAE EL HALLLILI EL ASRI. 1ºBB.
Muy bien: el poder del verbo
EliminarEnciende velas el fuego para ella
ResponderEliminarque se acerca y susurra su secreto
y mientras Luna y Sol cantan en dueto,
por el cielo fugaz pasa una estrella.
En el suelo se rompe una botella,
que derrama las penas por completo.
Las pisotea él con su paso inquieto
hay una herida de cristal por cada huella.
Regresa aquel con hielo en su interior
y la halla con el dolor que la quema.
Su fuego derrite el hielo de este amor.
Junta el cristal y resuelve el esquema.
Tanto encandiló esta historia al autor
que decidió escribir este poema.
NOUHAILA AMAZOUZ, 1ºBACH B
Muy bien: Romanticismo oculto
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ResponderEliminarSONETO
“Luceros de plata”
Ya adentro de casa me lo encontré
como de costumbre en el ventanal,
mis visitas eran un carnaval,
el amor que sentía no demostré
Y hoy día me arrepiento profundamente
qué daría por acurrucarme al lado,
oír sus cuentos, que aún siguen en mi mente,
mientras mi vista en su persona anclado.
Sus ojos como el grafito aparecen
en mi memoria, de forma constante,
qué daría por que luceros se crucen.
Y es que ahora soy un caballero andante,
tu reír en mi recuerdo aún estremecen
el alma que un día dejaste sangrante.
Yassine El Gazuani 1BACB
Revisa la métrica
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